El viaje hacia la Pascua

Reflexión para el inicio de la Cuaresma

“La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado”.

Papa Francisco, mensaje de cuaresma 2022

La cuaresma evoca los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó “viajando” por el desierto en busca de la Tierra Prometida, el lugar de paz y felicidad que recompensaría las penalidades de la esclavitud en Egipto. No fue un camino fácil, aquellos israelitas pasaron hambre y sed, dudaron de Moisés y hasta renegaron de Dios porque pensaron que les había abandonado en medio del desierto. Nosotros no buscamos un lugar geográfico sino espiritual, el encuentro con Dios pero como ellos también experimentamos las dificultades del camino que nos exige dejar a un lado certezas y comodidades adquiridas para embarcarnos en la aventura de llegar a la pascua siendo mejores personas y mejores cristianos.

En tiempos de Jesús, se llamaba viático al conjunto de provisiones y dinero que se entregaba a los soldados romanos cuando emprendían un viaje. Así también, para ayudarnos en el “viaje” cuaresmal la Iglesia nos ofrece como viático: la oración, el ayuno y la limosna.

Por la oración, nos encontramos con el Señor y escuchamos su voz. De Él brota la luz que alumbra nuestro interior y que nos permite descubrir quiénes somos, qué debemos hacer, por qué senderos caminar.

El ayuno entendido no tanto como el cumplimiento de los preceptos canónicos sobre el ayuno y la abstinencia sino sobre todo, como ejercicio de purificación de las adherencias y malas prácticas que vamos acumulando y que hemos de limpiar para poder ver con claridad el camino que el Señor nos señala.

Practicando la limosna, que trasciende la mera idea de la entrega de dinero o de cosas materiales, aspiramos a la entrega generosa de uno mismo, de nuestras experiencias y capacidades y de nuestro tiempo para acompañar en el “viaje” al que se queda rezagado, para escuchar al que necesita desahogarse, para ilusionar otra vez al que le cuesta seguir adelante. Es la caridad de los pequeños gestos a la que tantas veces se refiere el papa Francisco. Así, de múltiples formas, el mandamiento del amor se hace palpable y concreto.

Como cofrades vivimos además la cuaresma como preparación para la estación de penitencia con nuestros Titulares (quizás este año más deseada que otras veces). El propio hecho de caminar hacia la catedral y regresar luego lleva implícita la idea de “viaje” y como aquellos soldados romanos tenemos que ir debidamente pertrechados. No sólo cuidando con esmero nuestra apariencia exterior (túnica, escudos, etc.) sino sobre todo nuestra disposición interior. Fortalecidos con la oración íntima y silenciosa que nos acerque cada vez más a Dios; purificados con el ayuno de la pérdida de la propia identidad oculta bajo el antifaz soportando el peso del cirio o de la cruz, las aglomeraciones o los parones y derramando generosamente la limosna de nuestro testimonio sincero ante cuantos presencian el paso de la cofradía.

El presente es incierto y cunde el desánimo ante la persistencia de la pandemia y sus efectos perniciosos sobre la salud, la economía y las relaciones interpersonales. Como reconoce el papa en su mensaje cuaresmal de este año surge ahora la tentación de abandonarse, de encerrarnos en el egoísmo individualista y de refugiarnos en la indiferencia. Sin embargo la Iglesia nos propone ponernos en marcha porque más fuerte que el cansancio o la decepción debe ser el deseo de continuar avanzando hacia el destino final que es la Pascua de Cristo resucitado, de alguna forma anticipo de nuestra propia pascua. Ciertamente puede ser difícil pero como decía San Pablo “todo lo puedo en Aquél que me conforta”.

José Antonio González Ruiz

Promotor Sacramental

1 comentario en “El viaje hacia la Pascua”

  1. Miguel Álvarez Blanco

    Gracias por hacernos ver a todos a través de nuestro Promotor Espiritual, el sentido y los objetivos que debemos intentar conseguir a lo largo de la Cuaresma. Es nuestro deber de cofrades y cristianos, hacer todo lo posible por alcanzarlos. Así sea. Amén

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